La Hermana Ana María es una de las fundadoras del Albergue "La Esperanza". ¿Qué la motivó a dedicar su vida a ayudar a otros?
Nació el 30 de diciembre de 1938 en la Ciudad de México, pero pasó su infancia y adolescencia en la Provincia de Huezca en España.
Comenzó su vida religiosa a los 18 años en Terragona donde dedicó la mayor parte de su tiempo al cuidado de los ancianos, por esta razón estudió Gerontología.
Al iniciar su vida religiosa hizo un voto en el que cedía su voluntad a Dios y a los padres de las Carmelitas, debido a ello la hermana viaja constantemete al lugar donde necesiten su servicio.
"Mi religión es lo mío, lo he vivido siempre y me gusta el trabajo por los demás, una cosa es la regilión y otra cosa es el trabajo por los demás."
No existe el ocio, las 24 horas del día son 24 horas de servicio.
A través de sus palabras la hermana logra provocar en aquel que la escucha se interese por el servicio a los demás y en observar a su alrededor si hay necesidad y de qué tipo es esa necesidad.
"Que la gente viera la necesidad tan grande que hay de ayudar a los demás, hoy en día hay una insatisfacción muy grande, haces y haces y nada te llena, en cambio aquí, ayudar a los demás, prestar tu compañia unos momentos, escuchar al otro o dar una palabra de consuelo, es un aprendizaje y satisfacción inigualable".
Nació el 30 de diciembre de 1938 en la Ciudad de México, pero pasó su infancia y adolescencia en la Provincia de Huezca en España.
Comenzó su vida religiosa a los 18 años en Terragona donde dedicó la mayor parte de su tiempo al cuidado de los ancianos, por esta razón estudió Gerontología.
Al iniciar su vida religiosa hizo un voto en el que cedía su voluntad a Dios y a los padres de las Carmelitas, debido a ello la hermana viaja constantemete al lugar donde necesiten su servicio.
"Mi religión es lo mío, lo he vivido siempre y me gusta el trabajo por los demás, una cosa es la regilión y otra cosa es el trabajo por los demás."
No existe el ocio, las 24 horas del día son 24 horas de servicio.
A través de sus palabras la hermana logra provocar en aquel que la escucha se interese por el servicio a los demás y en observar a su alrededor si hay necesidad y de qué tipo es esa necesidad.
"Que la gente viera la necesidad tan grande que hay de ayudar a los demás, hoy en día hay una insatisfacción muy grande, haces y haces y nada te llena, en cambio aquí, ayudar a los demás, prestar tu compañia unos momentos, escuchar al otro o dar una palabra de consuelo, es un aprendizaje y satisfacción inigualable".
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